miércoles, 2 de marzo de 2011

Los calabozos siguen demandando respuestas

Organismos de Derechos Humanos acompañaron a la Defensora del Pueblo Ana Piccinini, en el pedido para que se investigue y actué sobre el estado de la dependencia policial donde ocurrió el supuesto ahorcamiento de Guillermo “Coquito” Garrido, en enero pasado.

Los reclamos ante la Justicia y el Estado rionegrino para saber las verdaderas causas del deceso de Guillermo Servando Garrido (24), ocurrido en enero pasado en el interior de la comisaría 12°, tuvo otra vez resonancia a través de una carta elevada a la Defensoría del Pueblo por el Colectivo de Militantes por los Derechos Humanos de El Bolsón.
También cursaron copia a la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, la Secretaría de DDHH provincial y al juez de instrucción de turno, solicitando que investigue “el estado en que se encontraba el calabozo de la dependencia policial local en el que fue alojado el joven que resultara muerto en dudosas circunstancias”.

Fundamentaron sus dichos en el hecho de que “el 18 de septiembre del año pasado los dos calabozos de la comisaría 12ª habían sido clausurados luego de una inspección a cargo de la organización de DDHH y la legisladora rionegrina Beatriz Contreras, en la que se corroboró que no se encontraban en condiciones de albergar a personas detenidas o demoradas”.

Precisamente, en una de esas celdas, en la noche del 13 de enero un guardia encontró el cuerpo sin vida de Guillermo Garrido, de 24 años, quien estaba ahorcado con su propio cinto luego de haber sido detenido por un accidente de tránsito.

En la misiva, los referentes de la zona recordaron que en su momento el fiscal Francisco Arrien habría elevado un hábeas corpus correctivo y el juez, resolvió la clausura de ambos calabozos el 30 de septiembre de 2010 sin que hasta el día de la fecha, los denunciantes recibieran información sobre la fecha en que habrían sido rehabilitados, ni en qué condiciones lo habrían sido.

“Esta situación resulta sumamente grave, teniendo en cuenta que estas fueron las circunstancias en que fue detenido Guillermo Garrido, y donde apareció muerto el pasado 13 de enero con fuerte sospecha de asesinato, dado que no tenía razones para suicidarse, ni antecedentes psicológicos, y dado que son varios los elementos dentro de la causa que contradicen la posibilidad del suicidio”, subrayaron los firmantes.

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